miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sin Bombos ni platillos...


¿Por qué Dios quiso que su hijo naciera de una forma tan sencilla, sin bombos ni platillos, de una forma tan discreta?  Para algunos esto resulta muy difícil creer que fuera verdad.

Lo primero que te podría decir es que tú pregunta puede ser matizada y para ello cito la Sagrada Escritura: “Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
El ángel les dijo: "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;
 y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."
Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:"Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace." (Lc 2, 8-15) Imagínate lo impresionante que ha de haber sido para los pastores ver el coro de los ángeles. Este acontecimiento no tiene nada de discreto. Pero por otro lado vemos que la “señal” es un niño envuelto en pañales en una pesebrera. Aparente contradicción, a nuestro entendimiento limitado. Por un lado los ángeles en el cielo que cantan Gloria a Dios y por otro la sencillez y humildad de ver a Dios, al rey de la humanidad, en un pesebre.  Los datos que nos proporciona la Sagrada Escritura nos muestran que Dios se muestra a los más sencillos y humildes ,por lo tanto podemos concluir que fue evidente para unos y discreto para otros. En ese caso podríamos decir, sí es verdad el Señor Jesús no se presentó a “la gente importante de la época” con bombos y platillos, pero sí a los pastores y a los sencillos de Israel. Por lo tanto Dios se abaja y nos muestra que el camino para llegar a Él, es el de la humildad. El nos traza la senda de nuestra salvación.
Incluso muchos otros verán, después, sus milagros, escucharán sus palabras llenas de sabiduría y no querrán reconocer al Mesías esperado. Por lo tanto el problema no está en Dios, sino en el corazón del hombre. Y ahí está el problema de muchos también hoy en día, no ven a Dios, porque no quieren. Vino sencillo y humilde y no lo reconocieron, hizo grandes milagros, resucitó y dijeron que era una mentira. Nos dejó la Sabana Santa como un milagro maravilloso y sorprendente y así no quieren creer. El problema no está entonces en que Dios haya nacido en un pesebre. El problema está en que no hemos entendido que los criterios de Dios muchas veces no están en consonancia con los pensamientos del hombre o que el ser humano con un corazón soberbio no quiere ver a Dios. Pareciera por la historia que Dios ha escogido siempre lo débil y humilde para confundir a lo soberbio. En Fátima, escogió a unos sencillos pastores, en Lourdes a una niña que no sabia leer ni escribir, San Pedro era un hombre rudo y poco instruido, etc.
Dios quiere estar cercano a todos, por eso nació pobre y humilde. Por eso también se quedó presente en un pequeño pedazo de pan, para que nadie se quede lejos de Él. Ricos y pobres, grandes y pequeños, sabios e ignorantes, todos podemos llegar a Él, porque Él se ha inclinado hacia nosotros y se ha hecho humilde cercano. Por eso podemos decir nosotros también: “Gloria a Dios en las alturas”
Que Dios te bendiga y una Feliz Navidad.


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