domingo, 16 de octubre de 2011

Buscando a Dios


Como en un cuento muy conocido, Tu Señor has dejado un rastro para que te encontremos.  Reconozco día a día que te busco, y te he buscado por tanto tiempo. Y en tu creación has dejado el rastro de tu grandeza, la firma de tu poder y perfección, has dejado ante nuestros ojos el maravilloso don del amor que nos tienes, para que todo aquel que te busque con sincero corazón te encuentre.

Estás aquí. Y sólo basta levantar la mirada, detenerse un momento y mirar, contemplar tu presencia en medio de nosotros. Sabemos que esto no es un cuento, es una realidad, la realidad de Dios que se hace presente, de Dios que lo ha creado todo, tan bello ,tan grande, tan hermoso.
Te busco Señor y te encuentro en toda la creación pero sobretodo en el hombre, en todo ser humano, que tiene tu imagen, tu huella, tu semejanza.

Querido amigo no dejes de mirar a cada hermano con la mirada profunda. No dejes de escuchar sus opiniones, de ver sus gestos, de mirar su interior, de respetarlo y valorarlo. Incluso si el mismo no se respeta, que al  ver  como lo tratas tú, pueda dar un gran paso y aproximarse a si mismo de manera distinta. Que pueda aproximarse a su grandeza por el respeto que le transmites, que vea en como lo amas, cómo Dios lo ama. muéstrale el rostro de Dios en ti, para que pueda algún día acercarse al Dios único y verdadero.

Estás aquí. Lo se Señor, y ahora te escucho con más fuerza en la suave brisa de esta mañana, y esto me da paz. Por que  a Dios se le encuentra en el silencio, en la calma. Hoy te he encontrado Señor, no permitas que me aparte de ti. 

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